
En Pactio Mediación somos absolutos defensores de la resolución de conflictos de forma alternativa, a través de la mediación. Pero, no nos engañemos, en ocasiones es necesario recurrir a un juicio sin más remedio. Las personas o empresas que deciden aprovechar las ventajas de la mediación como forma de solucionar sus problemas tienen que venir con un deseo claro: llegar a un acuerdo.
Es verdad que en el proceso de mediación no es obligatorio alcanzar un acuerdo, pero la predisposición a hacerlo ayuda mucho. En caso contrario, el juicio será la única forma de resolver la controversia, con todos los costes (económicos y emocionales) que conlleva.
Qué diferencia a la mediación de un juicio

Para hablar de las diferencias entre juicio y mediación vamos empezar por esta última. La mediación:
- Es un proceso voluntario al que se someten las partes, nadie está obligado.
- La dirige un mediador, profesional neutral, imparcial y cualificado para gestionar los conflictos y su resolución.
- Es un proceso más rápido y corto, pues se inicia desde el momento en que lo piden las partes y dura lo que ellas estipulen.
- Es más barata, por su limitación en el tiempo y porque no son obligatorios ni abogado ni procurador.
- El mediador no es un juez. La misión de este profesional no es escuchar a las partes y tomar una decisión con lo que le han contado, o mostrado. La función del mediador es orientarles para que alcancen un acuerdo según sus intereses y necesidades.
- El acuerdo final lo crean las partes, por lo que es beneficioso para ambas, porque es resultado de su negociación. Ninguna está obligada a suscribirlo si no le convence o no incorpora todo lo que cree necesario.
- Todo lo que se hable en la mediación, así como los documentos que se aporten, es confidencial. La confidencialidad se extiende al mediador y a las partes. Ni siquiera se pueden usar los temas tratados en un juicio posterior.
- La mediación se puede terminar en cualquier momento, a petición de cualquiera de las partes, sin dar ningún tipo de explicación, con acuerdo o sin acuerdo.
- La validez del acuerdo que se alcance en la mediación está plenamente garantizada, es obligatorio para las partes y tiene la misma fuerza que un contrato.
Y ahora veamos qué sucede en un juicio:
- Una vez presentada la demanda, el juicio es obligatorio para las dos partes y no asistir tiene unas consecuencias, generalmente negativas.
- Un juicio es más lento, fundamentalmente por el colapso de los juzgados. Hay procedimientos que tardan años en resolverse, con los perjuicios económicos y emocionales que esto conlleva.
- El juicio lo dirige un juez, un profesional experto del derecho, quien tomará una decisión tras escuchar a las partes y valorar las pruebas que se aporten. Las necesidades e intereses de las partes no son relevantes en muchas ocasiones.
- Un juicio es más caro, pues hace necesario contar con abogado, al que lógicamente hay que pagar sus honorarios, y en algunos casos con un procurador.
- El procedimiento judicial es complejo, por eso es necesario el uso de abogados. Cualquier plazo o trámite que se obvie puede ser perjudicial para cualquiera de las partes.
- El final del proceso judicial es la emisión de una sentencia por parte del juez. Por norma general, las sentencias son imposiciones en las que una parte gana y la otra pierde, lo que genera frustración, que se suma a las pérdidas económicas como consecuencia de la misma.
- Todo lo que sucede en un juicio es público, pues se incorpora a un expediente y se refleja en la sentencia, que puede conocer cualquier persona.
- Un juicio termina cuando hay sentencia y esto puede suceder tras el paso de pocos meses o de varios años. Esto último es lo más normal, debido a la excesiva carga de trabajo de los juzgados.
La mediación es posible durante el juicio
Como decíamos al principio, a veces no queda más remedio que recurrir a un juicio. Esto puede suceder por dos cosas: bien porque la cuestión a resolver no sea negociable entre las partes por imposición legal, o bien porque las partes no cuenten con ánimo de solucionar el conflicto mediante un acuerdo. Sin embargo, si comparamos el juicio con una mediación, este último modo de resolver las controversias tiene muchas más ventajas para las partes en conflicto sin duda alguna.
Para terminar, quiero realizar un apunte más. Recurrir a la mediación también es posible cuando ya se ha iniciado un juicio y se está desarrollando. Hasta el mismo momento de emisión de la sentencia es posible alcanzar un acuerdo. Es decir, hasta el instante en que el juez emita su resolución, las partes pueden resolver su conflicto de otra manera, evitando los efectos perjudiciales de una sentencia desfavorable y los costes económicos que conlleva.
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